«Buen vino y sopa hervida, alargan al viejo la vida»
Refrán Popular
De Galaroza, Huelva
Galaroza, se encuentra situado en pleno parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche y es famoso por su agua y la artesanía en madera.
No se tiene claro su origen, pero parece ser islámico, ya que se tiene asumido que el origen de su topónimo pudiera venir de Al-Jaroza, este puede tener diversas interpretaciones: Valle de las Rosas, Valle de las Doncellas, Valle de la Desposada, o también interpretaciones relacionadas con la fertilidad de sus huertas, como tierra fértil.
Como toda la comarca, estas tierras fueron ocupadas por los musulmanes entre los siglos VIII y XII. Durante el siglo XIII será alternativamente de Portugal y de Castilla hasta que en 1267 por el Tratado de Badajoz queda adscrita al Reino de Castilla definitivamente. Durante la Edad Media perteneció a la jurisdicción de Aracena, de donde se independizó en 1553.
«Cierta leyenda nos cuenta de la historia del príncipe musulmán de Aracena, quien, cazando entre las riberas y bosques que rodean Galaroza, percibió una bella doncella de la que quedó prendido y que buscó infructuosamente. Tan ensimismado quedó el príncipe, que se perdió entre la frondosidad del bosque; por lo que su padre envió numerosas expediciones para hallarlo, pero al no hallarlo, fundó una población en su honor, a la que llamo Al-Aroza, que significa ‘Valle de la Novia’ o de la deseada».
INGREDIENTES
Una pieza de solomillo de cerdo de unos 200 gramos (Aprox.)
Unos 100 gramos de recortes de Jamón Ibérico
Cuatro dientes de Ajo
Una hoja de laurel
Un manojo de perejil
50 gramos de nueces (Aprox.)
50 gramos de piñones (Aprox.)
50 gramos de migas de pan
Una pizca de pimienta negra molida
Vinagre del condado
Agua
Aceite de oliva virgen extra.
Sal
ELABORACIÓN
Cortamos en trozo pequeños y asamos el solomillo, rehogándolo en aceite de oliva.
Picamos el jamón serrano.
En cazuela de barro y cubiertos de agua comenzamos a cocer el solomillo, junto al jamón y la hoja de laurel.
Aparte majamos la miga de pan, los frutos secos, los dientes de ajo y la pimienta negra.
Le añadimos un chorreón de aceite de oliva, para que mezcle bien el majao.
Agregamos el majao a la sopa junto al solomillo, el jamón serrano y el laurel.
Dejamos cocer y ligar a fuego suave, removiendo de vez en cuando.
Nos debe de quedar la textura a medias, entre una crema y un caldo.
Comprobamos que esté tierna la carne y el jamón serrano.
Sazonamos con sal y añadimos un chorreón de vinagre.
OBSERVACIONES
Si no disponemos de solomillo podemos reemplazarlo por lomo o filetes de jamón fresco.
Si queremos enriquecer la sopa, pues un buen caldo de ave en vez de agua.
Yo he preferido sofreír el pan y los ajos en aceite de oliva, en vez de majarlo en crudo.
También, le he añadido un poco de pimentón y de perejil picado.
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