«Se
dice que para hacer una buena ensalada
hacen
falta cuatro sabios;
un
sabio ávaro para la sal,
un
sabio loco para el vinagre,
un
sabio generoso para el aceite
y
una mujer….
para echarle imaginación».
Poema Giorganesco
De Sevilla
Lechuga Flamenca, el nombre nos lo dice todo. Van pasando los días y el verano nos va dejando progresivamente, las noches ya comienzan a refrescar, los platos calientes van apeteciendo y estas ensaladas que nos han acompañado durante el tiempo estival van dejando paso como plato único y se van acomodando como guarnición o simple acompañamiento de platos más suculentos.
Nos aferramos a los gazpachos y demás sopas frías; no queremos perder el sabor a huerta y la frescura de la tierra.
El invierno era antes muy difícil de combatir; las largas jornadas... la deficitaria calidad laboral, el trabajo puro y duro en el campo, bajo la desnuda intemperie donde era necesario combatir el frío y los elementos a través del abrigo, el alimento y la lumbre.
Aprovechemos pues estos últimos instantes de este veranillo de San Miguel que es lo inmediato, luego ya hablaremos de lo que ha de venir...
Saludos, Ricardo
Gonzalo Bilbao "Romería"
INGREDIENTES
Seis cogollos de lechugas
Un diente de ajo
Pimentón
Tomate
Alcaparras
Mostaza
Aceite de oliva virgen extra
Vinagre de vino
Huevo cocido
Anchoas
Pimientos asados
Sal
Se cogen las partes más blancas de la Lechuga; se cortan cada una de ellas a lo largo en varios pedazos, colocándolas en agua fría.
En un almirez se maja medio diente de ajo, un poquito de pimentón, tomate, alcaparras, mostaza y sal.
Se añade el aceite y el vinagre en partes iguales y se remueve muy bien.
Se escurren las lechugas y se colocan sobre una ensaladera, adornando cada pedazo con una tira de pimiento morrón, huevo cocido y un filete de anchoa salada.
Se rocía todo con la salsa majada en el almirez y se sirve, no sin antes esparcir un poco de perejil por encima.
OBSERVACIONES
Como curiosidad y dado las pocas observaciones puedo aportar relativas a este plato, quizás destacar la calidad de la mostaza, que es pieza indiscutible en la salsa junto a las alcaparras. Recordándome algunas especies de vinagretas clásicas.
Un poco de historia de la Lechuga
El cultivo de la lechuga comenzó hace 2.500 años. Era una verdura ya conocida por persas, griegos y romanos. Estos últimos tenían la costumbre de consumirla antes de acostarse después de una cena abundante para así poder conciliar mejor el sueño. En la Edad Media su consumo comenzó a descender, pero volvió a adquirir importancia durante el Renacimiento.
Las primeras Lechugas de las que se tiene referencia son las de hoja suelta, mientras que las variedades acogolladas no se conocieron en Europa hasta el siglo XVI. Dos siglos más tarde se obtuvieron numerosas variedades gracias a los estudios llevados a cabo por horticultores alemanes.
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