jueves, 3 de abril de 2014

Conejo a la Guardesa de Almedinilla (Córdoba)



«Del conejo lo que mira al cielo;

De la perdiz, lo que mira al suelo» 

Refrán Popular

De Almedinilla (Córdoba)


En 1867, en las excavaciones llevadas a cabo por Don Luis Maraver y Alfaro, aparecieron más de doscientas sepulturas, cerámicas y objetos diversos. Con posterioridad, Pierre Paris y Arthur Engel hallaron restos prehistóricos, fenicios y griegos.

El poblado prehistórico se asentó en el lugar llamado de Los Castillejos, para más tarde pasar a la falda del Cerro de la Cruz, con un poblado de época micénica del que se han descubierto restos. Más tarde, la ciudad romana pasará a asentarse en el valle sobre la que a la vez se asentará la ciudad musulmana.

En el año 997 el Gran Almanzor la fortificó, siguiendo bajo la dominación árabe hasta agosto de 1236, en que fue conquistada por Fernando III. Completamente despoblado después de la conquista, el Rey le concedió grandes privilegios y el dictado de lealtad, acogiéndose asimismo al Fuero Real de Córdoba en 1241.

Los Reyes Católicos confirmaron sus privilegios.

En la Guerra de Sucesión permaneció leal a don Felipe V, concediéndole este monarca mercedes y dictados de Fiel en 1717.

Hasta 1844 la aldea de Almedinilla era dependiente del ayuntamiento de Priego de Córdoba. En este año junto con Fuente Tójar se separa de Priego de Córdoba formando término municipal y Ayuntamiento propios.

Antes de ser municipio fue parroquia dependiente de la Abadía de Alcalá Real (Jaén).


INGREDIENTES

Un conejo o liebre

Aceite de oliva virgen extra

Cuatro dientes de ajo

Una cebolla grande

Un tomate maduro

Una cucharadita de harina de maíz tostada

Una hoja de laurel

Una ramita de tomillo fresco

Una rama de perejil

Una patata mediana

Pimienta negra molida

Sal


ELABORACIÓN

Se corta el conejo en trozos, se lava y fríe en la cazuela de barro, hasta que se dore.

Se saca los trozos de carne y se escurren de aceite.

Aparte, se fríen tres o cuatro dientes de ajo, una cebolla grande picada, un tomate y la cucharada de harina tostada.

Se agrega el conejo y le añadimos el caldo, una hoja de laurel, el tomillo y perejil.

La patata pelad y cortada se la añadimos en cuanto comience a hervir, servirá para espesar la salsa.

Pimienta negra y sal.

Cuando el conejo esté tierno se sirve en la misma cazuela o, si se quiere más refinado, se coloca en una fuente, pasando la salsa por un colador fino y cubriéndola con ella.

Receta tomada de un viejo cuadernillo anónimo de la provincia de Córdoba.

Del Libro "Cocina Andaluza"
Miguel Salcedo Hierro


OBSERVACIONES

Se suele macerar el conejo la noche anterior en agua, sal y algunos dientes de ajo chafados.

Le va siempre muy bien el vino blanco, Fino o Manzanilla e incluso la cerveza.

De hierbas, el tomillo manda, aunque le va el orégano y el romero.

Como acompañamiento, le va el arroz blanco y las verduras como las zanahorias, judías verdes o guisantes.

La carne de conejo es una carne con una buena calidad nutricional y muchas posibilidades de preparación. Bien cocinada resulta muy jugosa y además es una carne magra sin apenas materia grasa (solo un 5,3%). Su consumo es recomendado a cualquier edad, incluso para dietas de adelgazamiento, dado sus buenas propiedades nutricionales.

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