«No hay burro calvo, ni calabaza con pelo»
Refrán Popular
De Almería
Continúo recuperando recetas que tenía archivadas, este plato nos ha sido en su terminación final un poco barroca, quizás ahora lo acompañaría con algo de helado, a tened en cuenta que hoy hemos superado lo 40º en el valle del Guadalquivir.
Plato sencillo, para sorprender quizás, para permitirse llenarse y dejarse llevar por el sabor y la textura inconfundible de la calabaza y sus cercanos componentes, no digo más, presiento que me sobran palabras pues este plato presenta múltiples posibilidades de combinación.
El postre bien merece un destacado momento de contemplación antes de atrevernos a degustarlo, pues su presencia y color nos invita a imaginarlo.
Saludos Ricardo, a 1 de agosto de 2013
INGREDIENTESUna calabaza de unos 700 gramos
40 gramos de mantequilla
50 gramos de harina
250 cl. de leche
100 gramos de azúcar
Dos huevos
Una lámina de gelatina neutra.
Una cáscara de limón rallada
Un pellizco de canela
Una pizca de sal y otra de pimienta blanca
ELABORACIÓN
Pelamos la calabaza, quitamos las pepitas y la cortamos en trozos medianos.
Seguidamente la hervimos durante diez minutos en agua con la pizca de sal.
La escurrimos bien y la sofreímos en una sartén con un poco de mantequilla, hasta que se evapore la humedad y nos que un puré.
Es muy importante que la calabaza esté totalmente escurrida, que no lleve ni pizca de agua.
Aparte, mezclamos los huevos, la leche, el azúcar y la harina.
Batimos durante diez minutos y le añadimos el puré de calabaza, la corteza de limón y la pizca de pimienta blanca.
Forramos con papel de aluminio y engrasado con una capa muy fina de mantequilla el molde.
Lo introducimos en el horno (precalentado a 180ºC) y al baño maría durante aproximadamente una hora.
Nosotros hemos preferido hacerlo en flaneras individuales, por lo tanto, hemos excluimos el papel de aluminio, aunque sí que lo hemos engrasado con mantequilla y harina las flaneras.
A tener en cuenta, que el tiempo de cocción al baño maría en flaneras es menor, por lo tanto, hemos de ir comprobando la textura del flan. Pinchando con una brocheta para ver si está totalmente cuajado el pastel; si sale limpia la brocheta el que el pastel se encuentra en su punto, pero si por el contrario sale manchada la brocheta, la dejamos cocer unos diez minutos más.
Una vez frío, lo desmoldamos y lo decoramos bien canela molida o tal como se muestra en la fotografía.
En este caso hemos decorado con trozos pequeños de calabaza cocidos, salteados con mantequilla y azúcar, nata montada artesanal, sirope de fresa, canela y ajonjolí.
Al final, me decidí por dividir la leche entre mitad nata liquida y mitad leche.
Le va muy bien la leche condensada, el caramelo, almendras picadas, frutas confitadas...
Tradicionalmente en Andalucía se cocina los dulces de calabaza con agua de cal, ese capítulo estoy deseando abordarlo.
Se trataba de endurecer la calabaza para que no se deshaga en la cocción, es una receta muy antigua.
La calabaza que he utilizado es la clásica de verano, anaranjada y rugosa.
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