«Si fuera santa me llamaría día,
y te gustaría comerme bien fría»
Adivinanza
De Sevilla
Buenas Tardes, con este de que no hay colegio y de mi exposición en Carmona tengo un poco desatendido el blog. Quiero ir cerrando las recetas veraniegas, ya que el otoño lo tenemos prácticamente encima. Así que, como bien dice mi hija; tengo que ir cambiando el chip.
Este plato está de moda, infinidad de variantes; muy barato y rápido de elaborar. Tan solo he de añadir que después de varios intentos, me quedo más con el sabor a fruta, que con el de los vegetales que componen el gazpacho.
Sandía, fresca y dulce, sin pan. De esta manera, evitamos cierta pesadez y aligeramos una sopa que nos llena y enriquece. Entra como si nada, acompañante perfecto en la piscina o en el jardín.
Deleite para los sentidos, con sabor de placeres suntuosos y porqué no decirlo, olvidados.
Saludos Ricardo, del 6 de septiembre al 2013
INGREDIENTES
Sandía, unos 350 gramos
(Trocitos de sandía peladas y sin pipas)
Una manzana
Dos tomates maduros
Un pimiento verde
Un pepino
Aceite de oliva virgen extra
(suave)
Zumo de uno o dos limones
Medio diente de ajo
(opcional)
Sal
ELABORACIÓN
Muy fácil, en la trituradora los tomates (pelados), el pimiento verde, el pepino, la manzana y medio diente de ajo (si consideramos).
Batimos todo y observamos si es necesario incorporarle un tercer tomate.
Colamos por el colador chino.
Le incorporamos la sandía ya limpia de pepitas.
Volvemos a batir de nuevo.
Luego le añadimos el aceite de oliva, progresivamente, mientras continuamos batiendo.
He modificado el zumo de limón a cambio del vinagre típico del gazpacho, me ha gustado más el sabor.
Probar; añadir más limón si conviene, un poco más de sandía, una pera de agua no le va nada mal.
Lo dejo a vuestra elección y paladar.
Punto de sal y dejamos enfriar un par de horas.
OBSERVACIONES
Infinidad de variantes me he encontrado en este novísimo plato; hojas de menta, albahaca, salvia, remolacha, espárragos, cilandro, fresas...
Yo me he decantado con unas tiras de jamón serrano y un poco de queso fresco, cuestión de gustos.
Dos horas en la nevera ¡Qué esté bien fresquito!
Bien acertado para evitar deshidrataciones y bajadas de tensión. Gracias, Ricardo.
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