lunes, 30 de septiembre de 2013

Pollo al Ajillo Dorado al Oloroso Amontillado



«Pollo de ocho meses a la olla le eches»

Refrán Popular
De Córdoba


Buenas noches, un plato clásico que me encanta elaborar y de éxito seguro entre mis hijas.

Llegan las lluvias muy temprano este año; se asoma el otoño, aunque aún apetece una buena cerveza fría he ir en mangas cortas de camisa por la calle.

Me trae este plato, dada mi asociación a los domingos de infancia. Imágenes inevitables de la niñez asociadas a fiestas, a un compartir y platicar entre amigos.

Risas, desenfado, unidad, complacencia... me dejo llevar por los recuerdos que me trae el olor inconfundible del ajo rehogado en el aceite de oliva. Prohibido en la costa del sol para los clientes de la Europa del norte que prefieren dejarse llevar por el aroma de la mantequilla clarificada y, sin embargo, cosa que nunca entenderé, rechazan al igual que los vampiros de Transilvania el olor majestuoso de tan insigne tubérculo.

¿Será que por eso me gustaron siempre las historias de vampiros?

Ricardo, a 30 de septiembre de 2013


INGREDIENTES

Un pollo grande
(Un kilo y medio aproximadamente)

Siete dientes de ajo

Perejil

Zumo de limón

Pimienta negra molida

Aceite de oliva virgen extra

Una copa de vino Amontillado

Sal


ELABORACIÓN 

Limpiamos el pollo y lavamos.

Pelamos tres dientes de ajo, en este caso de los siete.

Le damos varios cortes a los dientes de ajo.

Cortamos el pollo en trozos pequeños y ponemos el aceite a calentar en cazuela de barro o cacerola de hierro.

Sofreímos los trozos de pollo, junto a los ajos pelados y los dejamos crujientes.

Apartamos y pasamos a papel absorbente.

En el mismo aceite, añadimos los dientes de ajo sin pelar, dejando que se fríen y doren.

Ahora, incorporamos los trozos de carne junto a los ajos, le añadimos el zumo de limón y finalmente la copa de vino, dejando que se impregnen de vino y del aroma del ajo.

Reducimos con fuego fuerte el jugo resultante de la mezcla con la carne.

Sal, pimienta negra y perejil picado.

Se sirven acompañados de patatas fritas.


OBSERVACIONES

En algunos lugares lleva guindilla, vinagre en vez del zumo de limón, incluso cerveza o algo de jengibre.

Para mí, hay dos maneras de hacerlo; o crujiente o más bien esponjoso y que absorba la salsa; cuestión de gusto.

Si es muy frito, habrá que haberlo dejado antes en maceración pues se puede secar en demasía la carne.

Le va bien las patatas paja, patatas bastón y de hierbas yo no pasaría del perejil o del Cilantro.

Queda dicho.

                         

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