martes, 5 de junio de 2018

Federíco García Lorca, aniversario.

TABERNA ANDALUZA


El 5 de junio de 1898, nace el poeta español más leído de todos los tiempos. Alguien que convive con nosotros hasta la obsesión, ya que pocos han sido capaces de de transmitir el sentimiento y la fuerza como él. Hombre de arte y de sensibilidad extrema, capaz de interesarse por las situaciones más sutiles e inexplicables que nos quepa de imaginar. Referencia andaluza, reseña universal; pocos han elevado el vuelo como él, para luego ser abatido de manera tan cruel e injusta. Descansa en paz hermoso ángel y déjanos celebrar haberte saboreado y conocido. 


Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.


Noche del amor insomne 

Noche arriba los dos con luna llena, 
yo me puse a llorar y tú reías. 
Tu desdén era un dios, las quejas mías 
momentos y palomas en cadena. 

Noche abajo los dos. Cristal de pena, 
llorabas tú por hondas lejanías. 
Mi dolor era un grupo de agonías 
sobre tu débil corazón de arena. 

La aurora nos unió sobre la cama, 
las bocas puestas sobre el chorro helado 
de una sangre sin fin que se derrama. 

Y el sol entró por el balcón cerrado 
y el coral de la vida abrió su rama 
sobre mi corazón amortajado.


Las seis cuerdas 

La guitarra
hace llorar a los sueños. 

El sollozo de las almas 
perdidas 
se escapa por su boca 
redonda. 

Y como la tarántula, 
teje una gran estrella 
para cazar suspiros, 
que flotan en su negro 
aljibe de madera.


Es Verdad

¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!

Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.

¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?

¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!



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