viernes, 20 de mayo de 2016

Sopa Maimónides



«La sopa de Pollo posee la virtud de rectificar los humores corrompidos» 

Maimónides

De Córdoba

En Córdoba, y en tiempos de máximo esplendor Andalusí, convergían personajes de la talla de Averroes, Maimónides, Aveonzar y otros. Alcanzando por entonces la gastronomía una sutileza que nunca antes se diera por estos lares. A su originalidad y combinación de elementos, hay que añadirle el constante progreso científico como las matemáticas, la ingeniería o la medicina, más las diferentes influencias persas, judías y otras corrientes africanas. 

Llevando la investigación culinaria mucho más allá de la combinación de sabores y confluyendo con la ciencia de la prevención de la salud, que derivó en la moderna dietética. Aconsejando principalmente la medicina de Al-Ándalus, en llevar un régimen sano que evitase las enfermedades, tal como nos diría Al-Ràzi: «Siempre y cuando se puede curar con la comida, no se ha de tratar con fármacos». 

Pasamos a mencionar algunos doctores de la época que influyeron de alguna manera en nuestro culto culinario: 

Abu Al-Quasim (936 d. en Medina Azahara – 1013 en Córdoba). Renombrado médico árabe. 

Avenzoar fue el primero a realizar sus experimentos sobre los animales, además de filósofo y poeta. Nació en la localidad de Peñaflor, cerca de Išbīliya (Sevilla) en 1073 y murió en Išbīliya, en 1161.​ 

Abubacer Ibn Tufail, más conocído como como Abubacer. (Nacido en Guadix, Purchena o Tíjola, 1105 o 1110 - Marrakech, 1185). 

Fue un médico, filósofo, matemático y poeta, mentor de Averroes. Participó en la vida cultural, política y religiosa de la corte de los almohades en Granada. En el núcleo de sus ideas filosóficas se encuentra el problema de la unión del entendimiento humano con Dios. 

Averroès, estudia los conceptos de la medicina, y que escribe muchas obras. Nace en Córdoba un 14 de abril de 1126 y fallece en Marrakech, el 17 de diciembre de 1198, fue un filósofo y médico andalusí musulmán. Maestro de filosofía y leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina. 

Avempace, fue el primero a utilizar la musica para sanar a los enfermos. Ibn Bayyah, conocido en castellano como Avempace, fue un filósofo musulmán. Nació en la capital de la Taifa de Saraqusta (hoy es Zaragoza) hacia 1080. Se sabe que murió en Fez en 1139. Además de filosofía, cultivó la medicina, la poesía, la física, la botánica, la música y la astronomía. Es mejor conocido por ser el difusor de la filosofía post-aristotélica en Europa. 

Ibn Nafis, fue el primero a describir el proceso de la circulación sanguínea. Ibn Nafis nació en Damasco (Siria) entre 1210 y 1213 según la referencia. Ibn Nafis recibió instrucción en jurisprudencia, literatura y teología. Autor del primer tratado de dietética denominado Kitab al-Mukhtar fi al-Aghdhiya.


Maimónides

(Córdoba, 30 de marzo de 1138 - El Cairo, 12 de diciembre de 1204)



INGREDIENTES


Cinco dientes de ajo.

Cien gramos de pan de pueblo. (Opcional)

Un litro de caldo de pollo. 

Un chorreón de Aceite de oliva virgen extra. 

Unas hojas de cilantro.

Una rama de tomillo.

Unos granos de semillas de cardamomo.

Tres granos de semillas de anís.

Una cucharadita de pimentón.

Una cucharadita de Masala. 
(Mezcla de diversas especias, 
se encuentra fácilmente en tiendas especializadas)

Una pizca de cúrcuma. 

Dos huevos

Sal. 

Pimienta negra. 


ELABORACIÓN


Pelamos los dientes de ajo y los picamos; bien en láminas o lo más finamente que nos sea posible. Le añadimos el pimentón y sofreímos con cuidado de que no se queme.

Incorporamos al sofrito de ajos y pimentón el caldo de ave y dejamos hervir durante al menos diez minutos. 

Añadimos las diversas especias; cúrcuma, cardamomo, anís y la pizca de masala. 

Batimos los huevos y se lo añadimos al caldo una vez apagado pero muy caliente; removiendo para que cuajen los huevos. 

Seguidamente, añadimos el cilantro picado o deshojado, como bien nos guste, además de la ramita de tomillo. 

Punto de sal y pimienta negra. 

Dejamos reposar unos minutos. 

Cortamos a rebanadas pequeñas el pan y lo colocamos en el fondo de la fuente o plato. 

Vertemos la sopa sobre el pan. (opcional) 

Servir humeante.

 



OBSERVACIONES

Según nos cuentan las crónicas egipcias, en el siglo XII, prescribía el célebre médico y erudito Moisés Maimónides, prestando sus servicios en la corte del Visir Saladino, quien le rogó una cura para su hijo y heredero. Entonces Maimónides, le recetó una simple y lacónica Sopa de Pollo»

También conocida como «la penicilina judía» desde los tiempos del antiguo Egipto, suponiendo la sopa de pollo una cura para el resfriado común. 

En el siglo XII, Maimónides el sabio hebreo, escribió que la sopa de pollo «Posee la virtud de rectificar los humores corrompido. Sorber sopa caliente limpia los conductos y sirve para la descongestión natural, aliviando de ese modo los síntomas del resfriado y la gripe». 

He buscado la receta entre enciclopedias y libros de cocinas de la época. 

Esta receta es la más cercana que he encontrado de entre decenas de diferentes recetas. 

Caben muchas variantes, dependiendo de lo que deseemos le vamos añadiendo o quitando ingredientes.

6 comentarios:

  1. Vaya pinta!!!! Sin dudarlo, la añado a mí menú. Con lo bien que sienta una sopa de pollo en estos días de frío. Me ha encantado saber todo la historia que hay detrás, sobre todo teniendo en cuenta que viene de Córdoba, tierra tan cercana a mí por parte de padre y madre. Espléndido!!

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante Ricardo y si Maimónides se la receto al hijo de Saladino mano se santo sin duda. Que montón de sopas y que ricas. Buen resto de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, son recetas con encanto doble.
      El nutritivo y el histórico.

      Besos, Ricardo.

      Eliminar
  3. Moisés Maimónides, como ha dicho Ainhoa, fue médico personal de Saladino. Y Saladino escogía muy bien, con buen juicio y buenas referencias. Resulta amplio, casi asombroso, el tapiz de la historia real. Y la sopa, muy real. Gracias por la receta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A ti siempre guille. Sabes cómo me ponen estas historias.
      Besos, Ricardo.

      Eliminar