domingo, 17 de marzo de 2013

Pebetes de Calabaza de Láujar de Andarax (Almería)



«No hay burro calvo ni calabaza con pelo»

Refrán Popular

De Láujar de Andarax 
(Almería)



Os dejo esta receta que realizamos hace ya algunas semanas. Los Buñuelos de Calabazas, típicos por Semana Santa y más bien de nuestra Andalucía Oriental. De connotaciones plenamente árabes y alpujarreñas.

Ya me gustaría a mí recorrer como antaño Las Alpujarras, recopilar recetas y productos de tan bendecido lugar.

Me toca trabajar de tarde, no voy a negar que la cocina me relaja y potencia mi creatividad. Claro que no es un restaurante con doscientos comensales eso sí que no relaja a nadie. Lo digo por experiencia.

Pero... el placer de cocinar, ese placer que otorga el mirar, oler, tocar, saborear es una experiencia única y que carece de comparación con otros recursos artísticos.

Y al igual que para el pintor o el escultor, nuestra cocina es nuestro campo de operaciones, para los cocineros nuestro «atelier» es la cocina. Allí experimentaremos y ensayaremos, en nuestro laboratorio. Y en mi cocina no solo hay marmitas y ollas, también hay libros, revistas, música, cuadros. Todo vale, nuestra cocina debe de ser un reflejo exterior de nosotros mismos.


Entre la historia y la leyenda

Antiguamente se le llamó solamente Andarax. Paisaje lleno de arbolado y agua debido a su alta pluviosidad. Se encuentran repartidas por el núcleo urbano hasta dieciséis fuentes o pilares.

Laujar de Andarax es el resultado de la unión de dos núcleos de población: El Auxor y El Hizam, que se fueron uniendo y extendiendo a lo largo de la actual carretera comarcal.

​ El nombre Laujar deriva de «El Auxor», del árabe «gruta o caverna en la montaña» y «Andarax o Andaraj» del árabe «era de la vida» (porque el emplazamiento, rodeado de montañas, agua y vegetación, maravilló a los musulmanes). No obstante, estos lo conocían en la época como «Andaraj el Viejo», por los muchos años que hacía de su fundación, según la leyenda, por Túbal, uno de los nietos de Noé.

Ibn al-Jatib, poeta, escritor, historiador, filósofo y político andalusí describió en sus crónicas la disposición urbana de Láujar alrededor de la Alcazaba, la más importante de la Alpujarra, así como su reconocida artesanía de la seda que, según su descripción, «resplandecía más que el oro», hoy desaparecida. También describe como existían canalizaciones de riego, acequias conservadas hasta nuestros días, que permitían a los lugareños obtener hasta tres cosechas al año, cuyo grano era almacenado en silos subterráneos.

Aquí fallecieron la última sultana de Granada, Morayma, esposa de Boabdil, en 1493 y Abén Humeya (cuyo nombre cristiano era Fernando de Córdoba y Válor), cabecilla del levantamiento morisco contra Felipe II en la Rebelión de las Alpujarras (1568-1571), y que fue asesinado por Abén Aboo, primo hermano suyo en 1569.

El Zagal, último rey de Almería, pasó un tiempo tras las Capitulaciones de Baza, Guadix y Almería en el 1489. También fue residencia oficial de Boabdil después de abandonar Granada una vez entregada la ciudad a los Reyes Católicos. Luego partiría definitivamente a África.

La primera revuelta morisca de 1500 fue especialmente dramática para los vecinos de Láujar ya que estaban refugiados en el interior de la mezquita y fue incendiada. Luego sería obligada toda la población musulmana a convertirse al cristianismo o abandonar el reino.

En 1877 nació Francisco Villaespesa, el más universal de los poetas almerienses.



INGREDIENTES

Trescientos gramos de calabaza

Medio litro de leche

500 gramos de harina de repostería

Uno o dos huevos

75 gramos de azúcar

Un sobre o 100 gramos de levadura de panadería

Aceite de oliva virgen extra.

Canela en polvo



ELABORACIÓN


Lo primero sería cocer la calabaza, luego, habrá que escurrirla para que suelte el máximo de líquido. También hay quien la corta en cuadrados y la cuece unos diez minutos en el microondas.

Aparte, en un bol se baten los huevos, el azúcar, la leche y la calabaza triturada (por la batidora), se le va añadiendo poco a poco la harina junto con la levadura. Todo muy artesanal, es fundamental disfrutar de este proceso.

Se debe dejar reposar al menos una hora la masa. Nosotros colocamos la cacerola junto a la chimenea para que fermentara.

La masa debe quedar blanda haciendo hebra. Se dispone de un recipiente en el fuego con bastante aceite y cuando este bien caliente, pero sin llegar a humear, se coge la masa con una cuchara sopera y la echamos en el aceite.

Se fríen los pabetes por ambos lados y se escurren en papel absorbente. Ya en frio, se rebozan con azúcar y canela.




LA SOMBRA

¡Remansos del crepúsculo! Lejanos
amores de una copla campesina…
De los cielos desciende una divina
paz, sobre el sueño de los verdes llanos.

Vuelven a perfumar los sueños vanos,
y yo no sé qué angustia nos domina,
que se cierran los ojos, y se inclina
la frente, pensativa, entre las manos.

Por el azul magnífico del cielo,
sobre la frente que el dolor abrasa
y en las manos se apoya dolorida,
tiembla la sombra rápida de un vuelo…

-¡Esa sombra, mortal, que rauda pasa,
es la fugaz imagen de tu vida!

Francisco de Villaespesa
OBSERVACIONES


Hay quien fríen las rosquillas con girasol, yo no seré quien lo recomiende. me encanta el sabor del aceite de oliva y más en las recetas de postres tradicionales. También hay quien recomienda cocer la calabaza el día anterior, y que vaya soltando de manera progresiva el líquido de cocción y quien la asa en horno de leña.

Luego las formas, nos hemos decantado por formarla de manera de anillo, aunque también se hacen como buñuelos por la zona alpujarreña.

Para la masa nada especial que recomendar, si acaso un chorreón de anís dulce.

Un poco de colorante amarillo, solo si es necesario.

La canela que sea de calidad, que no os den gato por liebre, nada de azucarada.


3 comentarios:

  1. La verdad es que no sé la receta de nuestros típicos buñuelos valencianos, pero me parece que es la tuya, Ahora todos los hacen con calabaza, pero en mi juventud eran sin calabaza y los prefiero, sobre todo si se te hacen duros, y los ablandas un día con agua-miel.

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  2. Gracias por la aportación, amigo Marcos.

    Saludos, Ricardo.

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  3. Que pinta tienen y que bonita zona y que bien acompañada con las leyendas de la Alpujarra, Siempre es un placer leerte Ricardo. Un abrazo y tendré que animarme a practicar con la cocina andaluza. Un abrazo.

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