viernes, 7 de enero de 2011

ALBORONÍA



«No es gula ingrata.
A mí me basta con un plato 
de Alboronía o un Gazpacho.
Por otra parte, yo no me duelo sólo de la comida,
sino también de otras cosas.
Y me duelo con razón».

Juan Varela
  Pasarse de listo

De Córdoba



LEYENDA DE LA ALBORONÍA


Cuenta la leyenda, que la joven aristócrata Al-Buran se casó con un hijo del emir de Bagdad, y que entre los delicadísimos manjares que los privilegiados invitados pudieron degustar destacó este guiso meloso de Berenjenas y Calabaza que, en honor de la novia fue titulado Al-buranyya, Alboronía o Boronía.

Parece ser que de este plato provienen todos los pistos manchegos, plato creado en honor de una mujer, y que según se dice se menciona en la mismísima obra de «Las Mil y una Noches».

La palabra Alboronía viene del vocablo árabe «Al-Baraniyya» que significa «Cierto manjar».

Burán según se cuentan las crónicas de Don Juan Valera era una bella moza de dieciocho años, hija del visir Inb-sahl, la cual fue entregada en casamiento por el año 825 con el califa Absida al-Mamun.

Dichas bodas, han quedado subscritas en la literatura de la época como de inolvidable extravagancia para aquellos tiempos.

En la ceremonia de boda fueron ofrecidas a los novios, que se sentaron sobre una esfera cuajada de perlas y zafiros, mil perlas grandes; todas de un mismo tamaño y sobre una bandeja de oro.

Los ingredientes que formaban parte de este original plato en aquellos tiempos eran; berenjenas, ajo, cebolla, calabaza y frutos secos molidos; como almendras, nueces o avellanas.


*****

INGREDIENTES


Medio kilo de berenjenas.

Medio kilo de calabaza.

Un par de membrillos

Seis cucharadas de Aceite de Oliva.

Medio kilo de pimiento verde.

Un kilo de tomates maduros.

Una cebolla.

Una cucharada de vinagre de vino.

Unos granos de comino.

Sal.


ELABORACIÓN

Lavar y pelar las hortalizas.

Cortarlas seguidamente en trozos grandes, así como el membrillo.

Poner a cocer todo junto en agua y sal.

Una vez cocidas y tiernas, escurrir bien, que suelte toda el agua las verduras.

Disponer de un generoso chorreón de aceite en una sartén grande o cazuela de barro; a gusto del consumidor.

Seguidamente introducir la cebolla y los pimientos, cortados a tiras y sin pepitas.

Escaldar y pelar los tomates, quitad las semillas y cortarlos finamente a cuchillo.

Sofreír todo junto a fuego lento y cuando esté en su punto el sofrito, agregarle los trozos cocidos de las Hortalizas.

Sazonar y añadirles unas gotitas de vinagre.

Asegurarse que las Hortalizas se impregnan al sofrito, removiendo con la espátula.

Sal y un poco de Pimienta Negra, si consideramos conveniente.


OBSERVACIONES


En mi Alboronía he prescindido del membrillo, guardándolo para una nueva elaboración más fiel a la original.

He sofrito todo muy pausadamente, jugando con la temperatura. Las hortalizas no las he cocido tal como muestro en la receta original, sino que se ha cocido en el mismo sofrito. añadiéndole a este un vaso de agua para su cocción, quedando impregnadas de aromas y de sabor.

Se decora con huevos cocidos, aceitunas deshuesadas, jamón serrano, tiras de pimientos asados, anchoas (recordad que esta es la receta típica andaluza), perejil etc...

Le va muy bien el bacalao desmigado y desalado.

Todo esto es una propuesta opcional a la receta original, siempre al gusto del consumidor obviamente.

Los ingredientes que formaron parte de este plato, en tiempos donde se cuenta la leyenda fueron; berenjenas, ajos, cebolla, calabaza y frutos secos triturados, tales como; almendras, nueces o avellanas.


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