«Camarón que se duerme se lo lleva la corriente»
Refrán Popular
De Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
Toca cocina de la buena y de la más popular: nos vamos a Sanlúcar de Barrameda, a degustar manzanillas y suculentos manjares. Uno de los platos estrella son estas tortillitas de camarones, que me enamoraron hace ya mucho tiempo. Incluso recuerdo haber participado en un concurso para descifrar los secretos de esta fritura. Una batalla de la que ninguno salió bien parado, pero de eso hace ya mucho...
La tradición dice que las tortillitas provienen de la Isla de San Fernando y que, posteriormente, se extendieron por toda la provincia de Cádiz. Más allá de su origen —sobre el que no entraré en debate—, creo que el secreto de su éxito está en la textura fina y crujiente de la fritura. Para lograrlo, es imprescindible que la masa absorba bien todo el aceite resultante de la fritada.
INGREDIENTES
Tal como me enseñaron la receta en Sanlúcar
Un vaso largo, donde las tres cuartas parte del vaso se llenen de harina de trigo
y la cuarta que falta de harina de garbanzos.
Para los más técnicos añadiré que unos 150 gramos de harina de trigo y unos 50 gramos de harina de garbanzos.
Un buen puñado de camarones frescos.
Un vaso y medio de agua fría
Perejil picado
Media cebolla o cebolleta muy picada.
Dos dientes de ajo, también muy picados.
Aceite de oliva para freír
Sal
ELABORACIÓN
En un recipiente amplio, volcamos el vaso con las harinas de trigo y garbanzos, seguidamente incorporamos la cebolla, el ajo y el perejil, todo muy, pero que muy picadito.
Seguidamente los camarones y el vaso de agua.
Punto de sal y colorante azafranado (que sea de calidad, el colorante)
Movemos enérgicamente con una varilla de mano.
En una sartén ancha y amplia, ponemos el aceite a calentar y cuando esté lo bastante caliente vamos echando la mezcla, ayudándonos con una cuchara, porción a porción.
Nos debe quedar bastante diluida, aguada sería la palabra.
Conforme se expandan en el aceite las tortillitas y con paciencia nos familiarizaremos con el producto y creedme que le cogeremos el gusto; hasta llegar a entusiasmarnos y darnos pena que se termine la masa...
Vuelta y vuelta.
Cuestión de segundos y las vamos sacando crujientes y doradas.
Papel absorbente y a comer.
OBSERVACIONES
Cebolleta, ajo, cebolla...
Por ahí van los tiros, lo demás, clarito como el agua.
Puntualizar que los camarones sean frescos.
La harina de garbanzo la podéis encontrar en los grandes almacenes sin problema.
Y luego está la textura de la misma tortillita, que no tiene más secreto que el hacerlas muchas veces, hasta conseguirla.
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