jueves, 4 de julio de 2013

Sopa Campera de Tomate



«Verde fue mi nacimiento,
colorado me volví,
y a la voz del pregonero
en la plaza me vendí»

Adivinanza Gastronómica

De Cádiz

Nos toca todo un clásico; la sopa de tomate de nuestras abuelas. Mi madre siempre la hace con almejas, aunque en esta receta me he limitado a exponer la más generalizada de nuestra geografía andaluza, ya tocaran otras sopas de tomate que haberla las aíla. Aunque en mí recorrido como cocinero, me he encontrado multitud de variantes y lo curioso es que dicha sopa se adapta, tanto al pescado como a la carne, incluso al queso y las verduras de cualquier índole. Por lo tanto, la versatilidad de la sopa es inmensa, siendo capaz de consumirse tanto en frío como en caliente siendo el gazpacho no es más que una variante de más de la misma.

A mis abuelos en la Residencia le encanta, por lo tanto, me considero un experto en la materia tras soportar carros y carretas hay del día que no sale a gusto de todos.

Continuamos de verano y viene más calor, mucho calor asoma por el horizonte...


INGREDIENTES

Tres o cuatro tomates maduros

Una cebolla grande

Dos pimientos verdes

Un pimiento rojo

Dos dientes de ajo

Aceite de oliva virgen extra

Pimienta negra molida

Un ramillete de hierbabuena

Sal


ELABORACIÓN

Lo primero es preparar los tomates.

Los escalfamos en agua a punto de hervor durante unos segundos para poder pelarlos a posteriori con facilidad.

A continuación, le quitamos las pepitas y picamos la carne del tomate, es importante aprovechar el jugo que sueltan los tomates.

Hacemos un refrito con los ajos, la cebolla y los pimientos; todo picadito.

Le incorporamos el tomate y removemos manteniendo el fuego suave.

Una vez todo sofrito, vertemos el caldo de pollo y dejamos cocer al menos veinte minutos a fuego muy lento.

Es muy importante que ligue todo bien y la sopa quede suave, pero bien mezclada.

Luego me gusta darle un golpe de batidora de mano, con objeto de que los tropezones de verduras se incorporen más a la sopa.

Ponemos a punto de sal y de pimienta negra.

El pan, que debe de ser del día anterior, lo cortamos a rodajas que disponemos sobre el fondo de la sopera.

Vertemos la sopa sobre el pan.

Y como punto final, le incorporamos las hojas de hierbabuena.


OBSERVACIONES

Un plato clásico donde los haya, con muchas posibilidades y variantes conforme nos vamos desplazando por la geografía andaluza.

Con gambas, almejas, un huevo cuajado en el centro, taquitos de jamón o de queso de cabra.

Otra variante famosa, es no pasar el refrito por la trituradora y comerlo con los famosos tropezones, añadiendo tiras de pimientos cocidas al final de la sopa.

El tomate es el secreto; jugoso y madurito.

El pan campero y del día anterior, también hay quien lo remoja en agua con anterioridad.

Hemos de tener cuidado de no pasarnos con el aceite, que se estropea la sopa.

Por lo que nada más lo veamos asomar sobre la superficie de la sopa, desgrasamos la misma, bien con un cucharón o con papel absorbente.

La hierbabuena fresca, aunque eso seguro que no es necesario decirlo.

2 comentarios:

  1. ESTE ES OTRO PLATO, QUE TAMBIEN SE HA ECHO SIEMPRE EN MI CASA, MAS BIEN LO HACIA MI ABUELA, A ELLA LA ENSEÑO MI BISABUELA Y ASI, PERO ES UN PLATO QUE YA NO SOLEMOS PREPARAR, HA CAIDO UN POCO EN DESHUSO EN NUESTRO MENU, LA VERDAD, ASI QUE IMAGINATE LOS RECUERDOS QUE ME HAS OCASIONADO...
    POR CIERTO TE APELLIDAS REINA COMO YO..
    AQUI ME QUEDO DE SEGUIDORA.
    SALUDOS.

    ResponderEliminar
  2. Pues si Rocío un receta con mucha historia, y como ya digo bastante socorrida. Bienvenida a esta casa, espero que disfrutes de la comida y la compañía.

    Ricardo Reina...

    ResponderEliminar