«Nadie puede ser sensato con el estómago vacío»
George Elliot
De Huelva
INGREDIENTES
Un kilo de Carrillada Ibérica
Un pimiento verde
Una cebolla grande
Cuatro dientes de ajo picados
Un tomate maduro
Un vaso de vino manzanilla o fino
Un chorreón de coñac
Cien gramos de almendras
Agua
Dos clavos de olor
Pimienta negra en grano
Un poco de pimentón molido dulce
Romero
Sal
ELABORACIÓN
Lo primero sería limpiar la carne y cortarla a nuestro gusto.
Sofreímos la carne, sellándola y la apartamos.
En el mismo aceite y cacerola donde hemos frito la carne, se sofríen por el siguiente orden; los ajos, la cebolla y el pimiento, todo bien picado.
Una vez sofrita la verdura se le incorpora la carrillada, dorándola conjuntamente con el sofrito.
Flambear con un poco de coñac (recomendado).
Se le añade el tomate pelado y picado a la carne, terminando de sofreír todo junto.
Se completa con el vaso de vino manzanilla y cuando comienza a reducirse el vino, añadimos con un poco de agua a la carne dejando que esta asome (no cubrir demasiado).
En una sartén aparte, freímos un par de dientes de ajo pelados, a continuación, las almendras, con cuidado que no se nos quemen, por lo que la apartamos en cuanto comiencen a dorarse.
Con el fuego apagado, agregamos el pimentón, sin que se queme.
En mortero o túrmix se muele o majan las almendras, los ajos y el pimentón.
Incorporamos el majao al guiso.
Una vez que comience a hervir lo salpimentamos y le añadimos los clavos junto con la pimienta negra.
Cuando esté en su punto, al menos una hora y media de cocción, a fuego lento, probamos la carne que esté tierna y entonces le añadimos el romero.
Removemos y dejamos que coja el aroma de la hierba.
OBSERVACIONES
Se suele sofreír primero la carne, sellándola y dorándola.
Les van los piñones y las patatas fritas cortadas a dados.
Por supuesto que existe la posibilidad de añadirle un poco de harina, en ese caso se ha substituido por las almendras.
Existe la posibilidad del romero en polvo lo que añade esencia al final, una vez cocinado el plato.
De guarnición cualquier verdura fresca y de temporada le vendrá perfecta al plato.
Y de vinos, los blancos del Condado, el oloroso, el fino o la manzanilla.
El truco de este plato, radica en la cocción lenta y supervisada.
Esa es la razón por la que, deberemos dedicarle a la preparación al menos dos horas y media. Y es que, con los estofados, las prisas nunca son buenas.
Ricardo Reina Martel, 8 de Octubre de 2012
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