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jueves, 6 de mayo de 2021

Caballa Asada con Piriñaca

 


«Cuatro Sabios son necesarios para preparar una buena ensalada;
un sabio avaro para la sal,
un sabio loco para el vinagre,
un sabio generoso para el aceite
y una mujer…. para la imaginación»

Anónimo

De Cádiz

Me traigo de Cádiz muchas recetas por lo que doy comienzo con esta que me parece digna de los más merecedores elogios.

Receta sabrosa, sana y confluencia de mil aromas y sabores, como la ciudad de Cádiz.

Existen variantes, así que nadie se me enfade. La auténtica, quizás sea la asada entera pues conserva más jugo y se seca menos en el asado.

De la piriñaca decir que me gusta fresquita junto al sabor del asado y mezclado los diferentes aceites y grasas del pescado; un lujo, sin lugar a dudas.

Saludos Ricardo


INGREDIENTES

Dos Caballas Medianas

(250 gramos aproximadamente)

Dos Tomates grandes para aliño, que no estén demasiado maduros

(Los de Conil en esta época son maravillosos)

Uno o dos pimientos verdes de buen tamaño.

Una cebolla blanca y mediana

Aceite de oliva virgen extra

Vinagre de Jerez

Perejil

Limón

Sal gorda para la caballa

Sal fina para la pipirrana


ELABORACIÓN

Para las caballas

Se limpian las caballas, abriéndolas por la mitad y quitándoles las tripas y agallas, con cuidado por si tienen huevas que son exquisitas.

Les quitamos la cabeza y cola y lavamos bien debajo del grifo.

Yo suelo dividirlas en dos mitades, aunque alguna vez las abro en forma de libro.

Sal gorda, un poco de aceite y se asan a la plancha o parrilla.

Si se asan entera y limpias, se les hace unos cortes transversales, en el lomo de la misma para que el asado penetre mejor.

Primero fuego fuerte y luego fuego lento.

Si las asamos al carbón o leña, disponemos al pescado en el centro de la parrilla, le damos vuelta y vuelta y las pasamos a una esquina de la parrilla donde haya menos temperatura.

Lluvia de sal y al servir un chorreón de aceite de oliva.

Le va muy bien, una picada de ajos y perejil que junto a un poco de zumo de limón echamos por encima al pescado cuando se encuentre casi a punto.

Para la piriñaca

Se pelan las cebollas.

Se lavan las verduras y se le quita las semillas al pimiento.

Se pican los tomates, los pimientos verdes y la cebolla, tal como vemos en la foto.

Para el aliño, el aceite, su vinagre y la sal, nada de inventos.

El vinagre de Jerez y el aceite suave, aunque hay quien lo prefiere de sabor intenso.

La sal preferiblemente gorda para el pescado y si es de San Fernando mejor.


OBSERVACIONES

Varias observaciones, plato típico de Cádiz, de San Fernando y de todo el litoral prácticamente. En muchos lugares la caballa se asa entera una vez limpia y se presenta en el plato junto a la piriñaca. También las he visto cortada a rodajas y asadas.

Cebolla o cebolleta, os dejo a vosotros la elección.

También la piriñaca suele acompañar a otros pescados del litoral como las mojarras, las doradas pequeñas o el atún.

En Málaga, Jaén o Granada a la piriñaca se le añade pepino y se le suele llamar Pipirrana.

Os recuerdo que si asáis enteras las caballas cuidad del fuego, que sea moderado no vaya a ser que se os queden crudas por dentro.


miércoles, 3 de julio de 2013

Papas Aliñás, la intensidad de lo humilde.


Jugaba España un partido de futbol y yo me encontraba en casa de mi amigo Pepín, que tenía televisor, comiendo Papás aliñás, mientras veíamos el partido. Y cada vez que pinchaba una papa con el tenedor, recuerdo que esta se me escapaba, resbalándose del plato.

    —Niño, estas papas regatean mejor que Gainza —le dije a mi amigo.

    —Es que mi madre no tenía aceite y le ha echado brillantina —me respondió mi amigo.

    —Fíjate niño, si por aquellos tiempos pasábamos hambre.

Anécdota contada por el cantaor Paco Palacios «El Pali».


De Cádiz

Si hay una ensalada reina del verano en Andalucía, esas son nuestras «Papás Aliñás».

Acompañante perfecto en la playa, en la montaña, en la vega o donde sea. De sutileza profunda como acompañante de asados o cualquiera de nuestros manjares, al menos esa es la primera sensación que me llega.

Plato consistente, repleto de energía, de hidratos de carbono y de calorías.

Y que, a pesar del calor, entra a la perfección, y eso que en Cádiz se recomienda no tomarlas muy frías porque pierden textura y sabor.

Parece sencilla y simple su receta. Pero os aseguro de que es un plato que guarda alguna que otra trampa. Aunque, eso sí... de esos que por las razones que sean y por cuestiones que no atiende la razón, se recuerdan para toda la vida.

INGREDIENTES


Un kilo de Patatas

Cebolletas

Perejil

Aceite de Oliva Virgen Extra (Suave)

Vinagre de Jerez

Sal 


ELABORACIÓN

Lo primero sería lavar bien las patatas y quitarles la tierra.

Seguidamente, ponerlas a cocer a fuego moderado, ya sabéis cubiertas de agua y un puñado de sal.

Cuando consideréis oportuno pincharemos la patata más gorda (lo mejor es utilizar un pincho de brochetas) y en este cuanto traspase bien, será la señal de que se encuentran en su punto.

El tiempo de cocción depende del tamaño de las patatas, alrededor de media hora, minutos arriba o abajo.

Una vez cocidas las apartamos, escurriéndole el agua y dejando que se enfríen por sí mismas.

En cuanto que nos lo permita el calor de la patata (no quemarnos), las pelamos, ya que frías cuestan mucho más trabajo.

Una vez peladas las cortamos con el cuchillo, primero en rodajas gruesas y luego le damos un corte por la mitad a las rodajas.

Y ahora, apartamos y dejamos que se enfríen en un recipiente adecuado.

Aparte, picamos la cebolleta y el perejil.

¿El secreto de picar un buen perejil?

Más vale maña que fuerza, dice el dicho.

Primero colocamos lo más parejo que podamos el ramillete de perejil sobre la tabla, cortamos el tallo y comenzamos a picar finamente las hojas, con cuidado de no cortarnos.

El cuchillo debe de hallarse bien afilado.

Nos debe de quedar lo más diminuto posible el corte, así que armaros de paciencia. Luego disponemos del picado sobre un paño limpio de cocina, hacemos un nudo para asegurarnos de que el perejil no se salga y remojamos bajo el grifo, bañando el perejil envuelto en el mismo.

Y ahora viene el gran secreto; hay que exprimir lo más que podamos el paño, para que suelte todo el jugo el perejil. Hacedlo con fuerza.

Cuando ya no suelte más jugo, abrimos el paño y comprobaremos que nos queda un perejil picado limpio y suelto.

Con mucho cuidado lo disponemos sobre el recipiente que consideréis más oportuno, y de seguro que en dicha operación se esparcirá por la mesa algunos diminutos trozos de perejil. 

Esa es buena señal, comprobareis que el perejil salta por sí solo.


OBSERVACIONES

Si enfriamos la patata en la cámara se endurecen o se «enrancia» que significa que la patata adquiere sabores de mal gusto adquiridos por la absorción de los mismos.

Si la hemos de guardar en el frigorífico porque nos sobré que sea con papel film o de aluminio, especial para alimentos.

Le va bien el huevo cocido y picado, pimientos asados, aceitunas verdes sin hueso, la caballa, melva y el lomo de atún en aceite de oliva.

Intentad que las patatas tengan un tamaño parejo para que cuezan todas al mismo tiempo.


jueves, 25 de octubre de 2012

Caballas Asadas con Salsa de Tomate.


«En llegando la Ascensión, ni merluza ni salmón»

Refranero Popular

De Cádiz


Os contaré de cierto ritual que se realiza desde hace treinta y cinco años, llamado; El Entierro de la Caballa.

Una fiesta que cada verano comienza a partir de las seis de la tarde con el recorrido por las calles de La Viña, donde el cortejo funerario acompaña a  una enorme caballa creada para la ocasión, que irá acompañada de las llorosas y tristes plañideras augurando el final de la caballa y el final, un año más, del verano.

La caballa que acabará ardiendo en la playa de la Caleta, ante las miradas de los asistentes. 

Todo un acontecimiento del que cada año participan más personas gracias a las degustaciones gastronómicas y actuaciones de Carnaval que acompañan al Entierro de la Caballa como mejor forma de despedir la temporada estival.

El final será para el placer del estómago, porque, completamente gratis se suele ofrecer una degustación de caballas con fideos en la playa de la Caleta, elaborada por los propios caleteros y caleteras.



INGREDIENTES

Un kilo de caballas

Dos dientes de ajo

Perejil

Aceite de oliva virgen extra

Para guarnición

Patatas cocidas

Laurel

Limón

Salsa de Tomate:


Tres tomates gordos y maduros

Media cebolla

Un pimiento verde

Unos granos de comino

Dos dientes de ajo

Aceite de oliva virgen extra

Una pizca de azúcar

Sal


ELABORACIÓN

Se limpian las caballas, abriéndose por la mitad y quitándole la espina central y con cuidado las largas espinas de las agallas.

Se vierte un chorreón de aceite en la sartén o en la parrilla y se asan con fuego lento. Cuidando con mucho mimo el pescado y dándole la vuelta a los lomos sin que se partan. Asándose por ambos lados.

Se aparta la caballa y en la misma sartén se agrega un poco más de aceite y se sofríen los dientes de ajos muy picaditos. Se le agrega perejil picado y se baña por encima con esta picada la caballa.

Para la Salsa de tomate se sofríe un diente de ajo, la cebolla picada, el pimiento verde y por último se le agregan los tomates pelados y muy picado.

Se sofríe cuidadosamente a fuego lento.

En un mortero machacamos el ajo, el comino y un poco de sal, hasta hacer una pasta a la que le añadimos un chorreón de vinagre.

Mezclamos el majaó con la salsa de tomate.

Probamos y si lo encontramos ácido le añadimos un poquito de azúcar.

Disponemos de la salsa de tomate sobre el fondo del plato y encima la Caballa regada con la picada de Ajos y Perejil.

Sal.



ELABORACIÓN


Se limpian las caballas, abriéndose por la mitad y quitándole la espina central y con cuidado las largas espinas de las agallas.

Se vierte un chorreón de aceite en la sartén o en la parrilla y se asan con fuego lento. Cuidando con mucho mimo el pescado y dándole la vuelta a los lomos sin que se partan. Asándose por ambos lados.

Se aparta la caballa y en la misma sartén se agrega un poco más de aceite y se sofríen los dientes de ajos muy picaditos. Se le agrega perejil picado y se baña por encima con esta picada la caballa.

Para la Salsa de tomate se sofríe un diente de ajo, la cebolla picada, el pimiento verde y por último se le agregan los tomates pelados y muy picado.

Se sofríe cuidadosamente a fuego lento.

En un mortero machacamos el ajo, el comino y un poco de sal, hasta hacer una pasta a la que le añadimos un chorreón de vinagre.

Mezclamos el majaó con la salsa de tomate.

Probamos y si lo encontramos ácido le añadimos un poquito de azúcar.

Disponemos de la salsa de tomate sobre el fondo del plato y encima la Caballa regada con la picada de Ajos y Perejil.

Sal.




OBSERVACIONES

Es muy típica también en Cádiz acompañadas con un asado de cebollas o en piriñacas, pero eso son otras recetas...

Esta última vez, hemos probado limpiándola y cortándola a rodajas, en vez de quitarle la espina central.

Buen provecho.