domingo, 2 de noviembre de 2014

Sopa de los Siete Ramales de El Burgo, Málaga.



«Perdí la burra y encontré ramal

¡Menos mal!»

Refrán Popular


El Burgo (Málaga)


Para algunos, el nombre de «Él Burgo», deriva del griego Paurgus, que significa torre, otros piensan que es de origen celta y viene del germánico Baurgs.

Los cartagineses construyeron una torre vigía que aún hoy se llama «Torre de Aníbal». En época romana, pasaba la calzada de Acinipo a Málaga junto a la villa, por lo que en tiempos del emperador Trajano tuvo privilegio imperial al ser el paso obligado de las legiones romanas.

Durante el último período del Emirato Cordobés (886-912), El Burgo formó parte de los territorios dominados por Omar Ben Hafsún (854-916), célebre caudillo muladí originario de la Serranía de Ronda que llegó a tener bajo su mando una amplia franja de Andalucía oriental, estableciendo su plaza fuerte en «Bobastro», lugar próximo a la Serranía de Ronda; sí parece comprobado que la fortaleza de El Burgo, llamada «Atalaya de Cornicabra», fue uno de los principales baluartes defensivos de los dominios de Omar. A la caída de Bobastro (928), tras la derrota de los hijos de Omar por el primer califa Abd-Al Rahman III, la villa pasó a formar parte de la Cora de Rayya (Málaga), dentro del Califato de Córdoba.


Ruinas de Bobastro

En el 1362 fue tomada por Pedro I, pero seis años más tarde fue conquistada de nuevo por los musulmanes.

En el 1485, Ronda fue tomada por los Reyes Católicos, y los habitantes de El Burgo se ofrecieron a éstos como vasallos. Fue nombrado primer alcalde cristiano Pedro de Barrionuevo.

En tiempos de Felipe II, el pueblo se distinguió por el privilegio de no tener que pagar los impuestos exigidos a otros municipios.

Su historia más reciente está asociada a la estampa romántica de los bandoleros de la Serranía Ronda. En el Burgo nació «Pasos Largos», apodo de Juan Mingolla Gallardo, el último de los bandoleros que aún recorría las sierras a principios del siglo XX.



INGREDIENTES

Los ingredientes principales de la Sopa de los Siete Ramales son: el tomate, el pimiento verde, la cebolla, el ajo, el pan, la hierbabuena y el espárrago triguero.

Medio pan cateto o de holganza
(Preferiblemente del día anterior)

Un manojo de espárragos trigueros

Dos dientes de ajo

Uno o dos tomates maduros.

Un pimiento verde

Huevos
(uno por comensal)

Aceite de oliva virgen extra

Hierbabuena

Agua

Sal


ELABORACIÓN

Comenzamos pellizcando el pan y reservamos.

Cocemos los espárragos y tiramos el agua una vez tiernos.

Efectuamos el refrito que consiste en; ajo cortado en lascas, cebolla picada, pimiento verde y tomate (preferiblemente pelado y picado), añadiendo los espárragos ya cocidos.

Ponemos agua a hervir con sal y en cuanto comience a hervir, la vertemos con cuidado sobre el pan y removemos con el cucharón, dejando que este se empape.

Añadimos el sofrito sobre el pan remojado y removemos una vez más.

Depositamos la ramita de hierbabuena.

Freímos los huevos y disponemos sobre la sopa; uno por cada comensal.

La tradición es servirlo en dornillo de madera y cucharón de palo.


OBSERVACIONES

He utilizado un caldo de pollo en vez de agua, enriqueciendo considerablemente la sopa.

Existe otra variante en la zona que consiste en añadirle al refrito unas patatas previamente fritas como si fuesen para tortilla española y la costumbre de dividir en dos, el plato; es decir, un primero que consiste en comer el refrito, como si fuese un pisto y un segundo plato que consiste en el pan junto al huevo frito.

1 comentario:

  1. Que buena tiene que estar habra que probar hacerla. Un abrazo Ricardo.

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