martes, 24 de abril de 2018

Fritá de Tomates con Patatas Fritas


«No hay mala cocinera, con tomates a la vera» 

Refrán Popular

De Sevilla y toda Andalucía


Plato de abuelas y sin duda una receta que nos trae recuerdos y aromas del pasado. Bocas manchadas de rojo, servilletas embadurnadas de tomate y ese pan con el que no paramos de rebañar el plato hasta dejarlo tan limpio como una patena. Vivencias que quedaron en ese tiempo hermoso que constituye nuestra herencia emocional, un tiempo donde cada cosa disponía del espacio necesario para el deleite. Entonces no había móviles y la televisión solo se veía en el momento destinado para ello. Tocaba comer, todos a la mesa; padres, hermanos, vecinos, primos... juegos y regañinas. Estábamos todos allí y eso era lo importante, que no faltaba nadie. Cierro los ojos y percibo a la familia, en casa, en el campo o en la playa, compartiendo los aromas de la niñez, hoy en forma de fritada de patatas, ese tiempo dulce que vine conmigo, otorgándome la vida.


INGREDIENTES

Cuatro tomates hermosos y maduros.

Dos pimientos verdes.

Dos dientes de ajo.

Una cebolla grande.

Tres o cuatro patatas, dependiendo del tamaño.

Una pizca de orégano.

Perejil.

Unos granos de comino.

Aceite de oliva virgen extra.

Sal


ELABORACIÓN

Comenzamos por los tomates, lo primero de todo quitarles la piel. Podemos sumergirlos en agua hirviendo durante unos segundos y comprobaremos como se raja la piel y se desprende fácilmente.

Le quitamos las pipas y dejamos solo la carne y el jugo.

Continuamos pelando las cebollas y limpiando el pimiento de pepitas.

Lavamos las verduras.

Picamos a lascas los dos dientes de ajo y finamente la cebolla y los pimientos verdes.

Ahora ya podemos comenzar la fritada.

Primero ponemos a calentar el aceite sobre en la sartén, para la fritada prefiero las de hierro.

Una vez caliente el aceite, comenzamos por turno; primero rehogamos los ajos, la cebolla, el pimiento verde para terminar con el tomate.

A fuego suave y removiendo para que no se pegue.

Yo en casa uso mi cucharon de madera de toda la vida, aunque para cocinar en el trabajo hay que tener en cuenta que la normativa indica que usemos de silicona o plástico (Cuestiones de higiene).

Una vez integrado el refrito, probamos de sabor y la acidez del mismo, si es necesario una pizca de azúcar no le vendrá nada mal, así reducimos la acidez del tomate.

Granos de comino, punto de sal y apartamos.

Freímos las patatas en abundante aceite de oliva, intentando dejarlas algo pochas, pues uno de los secretos de este plato es que absorban la salsa de tomate. Si la freímos demasiado perderemos en textura y sabor.

Un poco de pimienta molida también le va muy bien.

Escurrimos las patatas y la ligamos con la fritada de tomate, con suavidad para que no se rompan las patatas.

Rociamos con orégano picado y algo de perejil.


OBSERVACIONES

Lo principal es el tomate, nos dejamos de experimentaciones con las nuevas variedades que inunda los mercados y nos vamos a los de siempre; es decir jugosos y preferentemente de la zona. Aunque los de pera o canarios vayan bien. El secreto de este plato se encuentra en la calidad del tomate.

Los popularmente llamados de caña, los malagueños, Los Palacios, Villafranca, Conil, Aracena, Almería... no nos quejemos que en Andalucía hay calidad de sobra, pido disculpas si me dejo alguno detrás, pero recito de memoria.

Lo de la acidez, se combate fácilmente con un poquitín de azúcar.

Se suele acompañar con un huevo frito.

Guisantes no le van nada mal, un poco de chorizo o de jamón ni que decir.

Pero hablaríamos de otra cosa y para este plato, dejémonos de barroquismos y quedémonos tal como lo he descrito. A veces lo sencillo vence a lo más sofisticado.

De hierbas, me he decantado por el orégano, pero lo principal es que por nada del mundo se eclipse el sabor natural del tomate potenciado por la fritada.

Buen provecho, la mesa nos espera y con ella… un montón de historias.

4 comentarios:

  1. Mi abuela nos enseñó hacerlas así y yo a mis hijas. No se pueden perder los platos ricos, económicos y tradicionales de siepre...

    Sí, soy cocinillas...

    Graccias, Ricardo.
    Afectuososs saludos.

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    Respuestas
    1. En ellos nos llega la vida, el recuerdo y las emociones. Por eso la cocina es tan poderosa, materia hecha de sentidos y sentimientos, conjugación de los elementos que nos otorgan la razón de ser.

      Besos, Ricardo.

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  2. Realmente exquisitos!!. Mi madre los hacia igual. Saludos

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  3. Así tal cual, o si eso con un huevo...gracias, Ricardo.

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